Objetivos
Continuamos conociendo a Dios, nuestro Padre y nuestro Creador. El objetivo de esta reflexión es descubrir y contemplar las maravillas que ha hecho Dios. Todos los seres de la creación nos hablan de la grandeza y sabiduría de Dios. Dios es el que da vida a todo (incluidos nosotros). La creación es un don de Dios a los hombres, que hemos de aprender a admirar, cuidar y disfrutar.
Reflexión
[La reflexión de hoy podría hacerse al aire libre, en medio de la naturaleza. Buscar un lugar con montañas, árboles, aves, agua,… Si no es posible, ambientar el lugar de la reunión con fotografías, posters, dibujos de diferentes elementos de la naturaleza y colocarlos en las paredes, en el suelo o en el techo. Por ejemplo: en las paredes: las montañas, los árboles, las flores, mariposas, animales. En el suelo: unas piedras, un río hecho con papel de plata y peces de cartulina; en el techo: la luna, las estrellas, el sol (sujeto con una lana al techo, flotando en el aire), una aves sujetas con lana,…]
Mirad a vuestro alrededor ¿Qué veis? […] Un cielo azul lleno de nubes blancas con formas diferentes, un sol que nos da luz y calor, árboles muy altos y algunos pájaros cantando en las ramas, una lagartija corriendo, mariposas de colores, muchas hormiguitas,… Ahora elegid cada uno aquello que más os gusta. Tenéis que tratar que los demás adivinen vuestro elemento preferido de la naturaleza, mediante mímica, sin utilizar sonidos.
Yo me pregunto: ¿quién habrá creado el sol de forma tan sabia, que da luz a toda la tierra y además la calienta? […] ¿Quién habrá creado miles y miles de estrellas, tantas que ni las podemos contar? […] Habrá sido alguien muy listo. ¿Quién habrá creado los animales? […] Hace falta mucha imaginación para crear tantos animales diferentes, grandes, muy grandes, pequeños, muy pequeños, que andan, que vuelan, que nadan,… ¿Quién habrá creado los ríos que cruzan nuestra nación y llegan al mar, regando a su paso todos los campos? […]. Sí, Dios es el Creador de todo. Es un creador sabio, inteligente, con mucha imaginación, más grande que la creación. Y lo más asombroso de todo es que nos ha creado a nosotros, a mí y a ti. Y eso sí que es difícil. ¡Qué grande es Dios! “Y dijo Dios: ‘Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y manden en los peces del mar y en las aves del cielo, y en las bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todos los reptiles que reptan por la tierra’. Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios lo creó, macho y hembra los creó. Y los bendijo Dios con estas palabras: ‘Sed fecundos y multiplicaos, y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves del cielo y en todo animal que repta sobre la tierra’“ (Génesis 1,26-28).
Los hombres somos lo más importante de la creación de Dios. Y Dios nos ha dado autoridad sobre su creación. Dios nos ha hecho superiores a las plantas, a los animales y a los objetos. Somos diferentes. ¿Por qué? […] Tenemos inteligencia, voluntad, emociones, sentimientos, libertad … y espíritu. Por eso dice Dios que somos «imagen suya”, pero Dios es mucho, mucho más que nosotros. Todas las cosas que ha creado Dios son un regalo para los hombres y nos las ha dado porque nos ama mucho. Como dice el Salmo 136: porque es eterno su amor.
“Dad gracias al Dios… Al que hizo el cielo con sabiduría, porque es eterno su amor.
Al que asentó la tierra sobre las aguas, porque es eterno su amor.
Al que hizo las grandes lumbreras, porque es eterno su amor;
el sol para regir el día, porque es eterno su amor;
luna y estrellas, que rigen la noche, porque es eterno su amor.” (Sal 136,5-9)
Nosotros tenemos que preocuparnos de no estropear su creación, de cuidar las cosas, usarlas bien, respetarlas, y así todos las podremos disfrutar y admirar. Su creación es la casa donde habitamos y a todos nos gusta tener nuestra casa limpia, ordenada, que huela bien, con cosas que nos gusten. Cuidemos el regalo de la creación de Dios y así estaremos amando a Dios. Demos gracias a Dios por su creación: “Jóvenes y doncellas también, los viejos junto con los niños. Alaben el nombre del Señor: sólo su nombre es sublime, su majestad sobre el cielo y la tierra. (Sal 48,12-13).
María Rosa Orcal